Por: José M. Flores Santiago, MPH
Según la
Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA, por sus siglas en
ingles), los empleados que trabajan en talleres de reparación, pintura y
hojalatería de automóviles están constantemente expuestos a cantidades
peligrosas de gases, como por ejemplo, el monóxido de carbono debido al sistema
de escape y calentamiento. “El monóxido de carbono (CO) es un gas incoloro, inodoro e insípido, que puede causar la
muerte cuando se inhala en niveles elevados. Dicho gas se produce cuando
se queman materiales combustibles como gas, madera, kerosene, carbón, petróleo
o gasolina. El CO proveniente de estas fuentes puede acumularse en
espacios cerrados o semi-cerrados, lo que puede provocar que los empleados que
se encuentren en estos espacios se intoxiquen si lo respiran”. Los
síntomas más comunes de la intoxicación por CO son dolor de cabeza, mareo,
debilidad, náusea, vómitos, dolor de pecho y confusión. La ingestión de altos
niveles de CO puede producir desmayo y hasta la muerte. Salvo que se sospeche
la causa, la intoxicación por CO puede ser difícil de diagnosticar debido a que
los síntomas son similares a los de otras enfermedades”.
Así que, cuando los empleados se quejan con alguno
de estos síntomas y el patrono no ha provisto controles de ingeniería, los
niveles de CO podrían estar muy altos. El
Nivel Permisible de Exposición a CO de acuerdo a OSHA es de 50 partes por
millón (PPM) promediado como el promedio del tiempo de peso de 8 horas (TWA) y
el límite del techo (nivel de exposición que nunca debe excederse sin
importar las 8 horas de TWA) de 200 ppm ha sido establecido por el Instituto
Nacional de Salud y Seguridad Ocupacional (NIOSH). Para prevenir
ello, es recomendable instalar detectores de CO y utilizar un sistema de
extracción para remover los gases que se expelen en el taller. Pero, “dado a que Puerto Rico
goza de un clima cálido que no requiere que en nuestras edificaciones se
instalen estos sistemas, las muertes por intoxicación con monóxido de carbono
no son comunes. Estas muertes ocurren en lugares cerrados en los que un
vehículo de motor permanece encendido. En los talleres, por su diseño y
estructura, es propicio a que este tipo de incidente ocurra. No obstante,
la instalación de un detector de CO es una herramienta útil para evitar más desgracias
relacionadas a la inhalación por monóxido de carbono”.
Sin embargo, en la actualidad, no existe una regla
para la instalación de detectores de CO en los talleres lamentablemente porque
no ha ocurrido ninguna muerte mientras que los empleados están expuestos
constantemente. Sólo, hoy día, existe una nueva y reciente regla que
surgió a raíz de la muerte por inhalación de CO de los jóvenes
universitarios Oscar Ramos Pérez, de 22 años, Héctor Rojas Dávila, de 21 años,
y Natasha Maysonet Vélez, de 19 años, en abril de 2013 en un motel de Juana
Díaz, tras asistir a varios eventos de las Justas de la Liga Atlética
Interuniversitaria (LAI) en Ponce. Esta regla busca evitar que ocurran más
muertes solamente en los moteles, pero se sabe a ciencia cierta que los moteles
no son el único lugar de empleo en el que los empleados se corren el riesgo de
muerte por intoxicación con este gas. Ante ello, se debe crear una o varias
reglas, urgentemente, que requieran detectores de CO en lugares de empleo como los
talleres para que los empleados tengan un empleo y un sitio de empleo libre de
riesgos reconocidos que estén causando o que puedan causar muerte o daño
físico.