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¿Cómo se previenen lesiones con instrumentos filosos y puntiagudos?

Por: José M. Flores Santiago, MPH

Según el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH, por sus siglas en inglés), se estima que anualmente ocurren entre 600,000 a 800,000 lesiones con instrumentos filosos y puntiagudos entre los empleados del cuidado de la salud. Esto constituye una causa principal de exposición a patógenos transmitidos por la sangre (virus de la Hepatitis B, virus de la Hepatitis C y el virus de inmunodeficiencia humana). Ante ello, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA, por sus siglas en inglés) creó el reglamento de los patógenos transmitidos por la sangre, el cual le requiere a los patronos con empleados que tienen exposición ocupacional a la sangre u otros materiales potencialmente infecciosos a utilizar medidas de prevención (Vacuna contra la Hepatitis B, Precauciones universales, Controles de ingeniería y prácticas de trabajo, Equipo de Protección Personal)) para reducir la exposición a los patógenos transmitidos por la sangre al administrar inyecciones, sacar sangre, volver a tapar las jeringas, trabajar con materiales de sutura, deshacerse de agujas, y/o manejar basura y ropa sucia.

Sin embargo, los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), calculan que de 62% a 88% de las lesiones relacionadas a estos instrumentos pueden prevenirse utilizando sistemas de agujas más seguros como las jeringas hipodérmicas con agujas auto-retractables y medios mecánicos como tenacillas, fórceps, o un cepillo y un recogedor para recoger agujas, instrumentos médicos afilados, o vidrio roto. Pero, y ¿porque nunca se debe recoger los instrumentos filosos y puntiagudos con las manos, aún con guantes? Porque hay una probabilidad de perforación y exposición a patógenos transmitidos por la sangre a través de una herida aunque el equipo de protección personal proporciona una barrera para proteger la piel y las membranas mucosas.


Estos instrumentos, una vez usados, deben ser desechados en recipientes resistentes a perforaciones, impermeables y etiquetados (color anaranjado fluorescente o rojo anaranjado) o codificados, los cuales deben estar al alcance fácil de los empleados en el punto de operaciones incluyendo las lavanderías y lugares de disposición de basura. Pero, es menester que al momento de desechar los recipientes, las tapas deben estar bien cerradas. Si hay probabilidad de goteras, se debe de colocar el recipiente en un segundo contenedor semejante al primero. Así que, “hay que poner en práctica la seguridad. No la aprenda por accidente” (Departamento de Seguros de Texas, División de Compensación para Trabajadores).