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Todo lo que debes saber sobre los Plaguicidas

Por: José M. Flores Santiago, MPH

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (1990), un plaguicida es una substancia o mezcla de substancias destinadas para prevenir, destruir o controlar cualquier plaga (tipo de organismo que, por su densidad de población, perjudica los cultivos, la salud, los bienes o el ambiente del hombre, e incluyen: los virus, bacterias, hongos, nematodos, ácaros, moluscos, insectos, plantas no deseadas, aves, roedores, lapas y caracoles), incluyendo vectores de enfermedad humana o animal, especies indeseadas de plantas o animales capaces de causar daños o interferir de cualquier otra forma con la producción, procesamiento, almacenamiento, transporte o mercado de los alimentos, otros productos agrícolas, madera y sus derivados o alimentos animales, o que pueden ser administrados a los animales para el control de insectos, arácnidos u otras plagas en sus organismos.  Estas sustancias o mezclas de substancias son persistentes, liposolubles, tienen alta movilidad ambiental y se incorporan a las cadenas tróficas. 

Clasificaciones  
Dada la gran cantidad de familias tanto biológicas como químicas implicadas, la clasificación de los plaguicidas resulta un tanto difícil. No obstante, estas sustancias se pueden clasificar:
a. según el tipo de plaga que se desea controlar - insecticidas, acaricidas, fungicidas, herbicidas, nematicidas, molusquicidas, rodenticidas, avicidas, bactericida.
b. según su naturaleza – (a) Biológica: especies que se comportan como enemigos naturales o depredadores, insecticidas virales, pesticidas bacterianos y fúngicos, hormonas de la metamorfosis y el crecimiento de los mismos insectos y feromonas que sirven entre los insectos como medio de comunicación y pueden ser manipulados; (b) Química: compuestos inorgánicos y organo-metálicos (arsénico, plata, plomo, fosforo y mercurio); compuestos organoclorados (DDT, HCH, aldrín y toxafé, HCB, PCP, los ácidos 2,4-D y 3,4,5-T), compuestos organofosforados (paratión, malatión, diclorvós, mevinfos, diazinon y demetón), carbamatos ( carbaryl y aldicarb), compuestos nitrofenólicos (mononitrofenoles, dinitrofenoles y halofenoles), piretroides de síntesis (aletrina, resmetrina, bioaletrina, permetrina, cipermetrina, decametrina), derivados bipiridílicos (paraquat, diquat, y derivados dicumarínicos.
c. según el uso - agrícolas, ganadero, en industria alimentaria, ambiental para desinfección y desratización, forestales, en higiene personal, doméstico y fumigaciones.

Exposición
Puntos:
En la actualidad, el principal punto de exposición de la población general a los plaguicidas son los alimentos, a través de la contaminación en el transporte o almacenamiento de los alimentos, adición por error del tóxico en la elaboración de alimentos y consumo tanto de agua como de vegetales contaminados en el uso agrícola habitual de los plaguicidas. 
Además de ello, las personas pueden estar expuestas a los plaguicidas mediante circunstancias laborales, uso de ríos o arroyos contaminados, uso doméstico de insecticidas, intentos suicidas y homicidas, contacto directo, ausencia de equipo protector al utilizarlo, almacenamiento en habitación,  presencia de campos fumigados, comer en campos fumigados, utilizar envases contenedores para agua de consumo, vivir cerca de campos fumigadores y contacto o lavado de ropa contaminada.
Rutas:
Los plaguicidas pueden entrar al cuerpo de una persona a través de:
a. la piel – los plaguicidas líquidos y sólidos se pueden absorber a través de la piel. Esto ocurrirá si la persona permite que éstos tengan contacto con su piel mientras los carga, diluye, sirve o aplica. También, pueden penetrar por la piel si la persona utiliza ropa y equipo de protección contaminado. Los plaguicidas líquidos, por lo general, se absorben más fácilmente que los polvos, gránulos y otras formulaciones secas. Tanto es así que, el cuero cabelludo, los oídos y los genitales absorben los plaguicidas con más facilidad que cualquier otra parte del cuerpo. La presencia de heridas, laceraciones, grietas, irritaciones y otras condiciones de la piel propician la penetración de los plaguicidas en el cuerpo. En cuanto son absorbidos por la piel, los plaguicidas pasan a la sangre y circulan por todo el cuerpo. 
b. los ojos – la exposición de los ojos a los plaguicidas ocurre con frecuencia a causa de salpicaduras, derrames y aplicaciones en forma de aspersión o neblina.
c. la nariz – Al respirar, el aplicador puede inhalar los plaguicidas en forma de emanaciones, humo, neblina, polvo, rocío o vapores. Las partículas de mayor tamaño que se inhalan tienden a localizarse en la garganta y los pasajes nasales, mientras que, las partículas pequeñas llegan a los pulmones y de ahí pasan a la sangre y se distribuyen por todo el cuerpo. 
d. boca – los plaguicidas entran por la boca al comer o fumar sin haberse lavado bien las manos. También, se pueden ingerir por error cuando se guardan en botellas de refrescos, licor o envases de alimentos. En cuanto los plaguicidas llegan al tracto gastrointestinal, pasan a la sangre y se distribuyen por todo el cuerpo. 
Condición de salud
Por lo general, los efectos que un plaguicida puede tener en el aplicador u otras personas expuestas dependerán del estado de salud, edad, peso, alimentación y herencia. Tanto es así que, las personas enfermas, mujeres embarazadas, niños y ancianos son más susceptibles a ser víctimas de plaguicidas. 

Toxicología 
Efectos:
De acuerdo con Lucas (2010), los efectos toxicológicos dependen del plaguicida, la dosis, la vía y el tiempo de exposición. Estos efectos toxicológicos pueden ser clasificados en: 
1. Beneficiosos – Afortunadamente, el uso de los plaguicidas pueden ser beneficiosos a la salud humana debido al manejo de plagas de los cultivos (ej. desde 1951, India ha cuadruplicado su producción de granos), manejo de enfermedades por vectores tanto en humanos como en el ganado (ej. reducción de la incidencia de malaria) y manejo de criaturas que impactan las cosas de humanos (ej. termitas).
2. Adversos – Desafortunadamente, la utilización de plaguicidas puede ser perjudicial para la salud humana. Algunos plaguicidas son muy tóxicos o venenosos, mientras que, otros son relativamente inocuos. Los efectos adversos que producen los plaguicidas dependen, en gran medida, de una variedad de factores, tales como: toxicidad de los ingredientes, formulación del plaguicida, dosis o concentración, ruta de exposición, duración de la exposición y estado de salud de la persona expuesta. Estos efectos adversos se pueden clasificar en:
a. Agudos – sudoración, aumento de la salivación y del lagrimeo, broncoespasmo, disnea, efectos gastrointestinales (náuseas, vómitos, calambres abdominales y diarrea) miosis (pupilas), visión borrosa, frecuencia e incontinencia urinaria, sibilancias, bradicardia (disminución de la frecuencia cardíaca), palidez, hipertensión, fasciculaciones musculares, calambres musculares, debilidad motora, taquicardia, parálisis, mareos, tensión, ansiedad, fatiga, secreciones, insomnio, inquietud, pesadillas, dolores de cabeza, temblores, somnolencia, confusión, dificultad para hablar, coma, incoordinación, convulsiones, intoxicaciones, disturbios mentales, secreciones nasales, irritaciones (piel, membranas mucosas, ojos), delirio, y depresión respiratoria.
b. Crónicos – neurológicos (neuropatías debido a organofosforados y carbamatos, cambios de conducta debido a organofosforados, lesiones del sistema nervioso central debido a organoclorados y organofosforados, y neuritis periférica debido a piretroides y organofosforados); reproductivos (esterilidad en el hombre debido a 1,2 Dibromo 3 cloropropano y disminución del índice de fertilidad); cutáneos (dermatitis de contacto debido a paraquat, reacciones alérgicas debido a DDT y Malatión, reacciones fotoalérgicas debido a HCB y Zineb, porfiria cutánea tardía debido a HCB); oculares (atrofia del nervio óptico debido a bromuro de metilo y formación de cataratas debido a diquat); otros efectos (cáncer debido a compuestos con arsénico y DDT, mutagénesis debido a dibromuro de etileno, teratogénesis debido tanto al carbaril como al captán, disrupción endocrina, fibrosis pulmonar y neumonitis debido a paraquat, inmunológicos debido a dicofol, y lesiones en el hígado debido tanto al DDT como a compuestos arsenicales).

Prevención
Existen una serie de medidas esenciales de prevención, las cuales son: (a) transportar los plaguicidas en la parte trasera de un camión e inspeccionarlos; (b) utilizar el equipo de protección para aplicar y manejar plaguicidas; (c) mantener los comestibles y otros artículos, para personas y animales, separados de los plaguicidas; (d) mantener secos los plaguicidas envasados en bolsas de papel o cajas de cartón; (e) proteger los plaguicidas de las altas temperaturas; (f) si se derrama un plaguicida dentro o fuera del vehículo, limpiar rápidamente el área; (g) almacenar los plaguicidas fuera del alcance de los niños, animales y curiosos; (h) el almacén de plaguicidas debe ser localizado lejos de las residencias y donde no haya ninguna amenaza de contaminación para pozos, quebradas, ríos, sumideros, aguas subterráneas y cualquier otro cuerpo de agua; (i) evitar que los plaguicidas reciban directamente la luz solar; (j) colocar los plaguicidas en su envase original sobre tablillas de metal u otros materiales no absorbentes que sean fáciles de limpiar; (k) antes de comenzar a aplicar los plaguicidas, leer las instrucciones de las etiquetas; (l) no fumar ni ingerir bebidas o alimentos mientras se trabaja con los plaguicidas; (m) examinar todo el equipo que se utilizará para la aplicación; y (n) no permitir que personas inexpertas o irresponsables apliquen los plaguicidas.